El proyecto plantea un volumen cerrado, pétreo, masivo, que lo emparenta con cercana Iglesia de Asunción, de primera mitad del sXVI, de la que toma su representatividad como edificio público.
El solar se ocupa mediante una nueva ‘envolvente’ de B+II alturas (próxima a la escala de las edificaciones existentes que configuran la manzana) que absorbe la geometría desordenada de las traseras de los solares colindantes que se reduce a una planta en el límite con la zona verde colindante y se vacía en planta la planta superior para alojar las instalaciones y las actividades al aire libre.
Apoyándose en las medianeras, la organización espacial queda definida por la disposición del programa como piezas autónomas entorno a la sala-teatro, de forma que los servicios se adaptan a la geometría irregular del perímetro y aulas y salas de exposiciones se disponen a lo largo del frente de fachada a la C/Santa Olaya.