«Solo el orden permite la libertad», decía Goethe.
El edificio se proyecta siguiendo un trama bidimensional que organiza el programa como si fuera un campamento militar romano. La propuesta se presenta así como un tablero cuadrado de 90x90m en el que se opera de una forma sencilla mediante cajas rectangulares que permiten organizan las 4 unidades independientes, con la cocina y los servicios generales en la banda central.
Se antepone la imagen hermética al exterior y más ligera al interior. La necesitad de luz en una planta extensa, se resuelve con la perforación del edificio mediante los patios y lucernarios, que permiten luz natural en todos los espacios. Esta atomización de las entradas de luz y sol al interior, permiten un carácter homogéneo, no jerárquico.
La fachada se resuelve mediante una sutil celosía formada por piezas verticales prefabricadas de hormigón blanco que actúa como filtro térmico cuyas virtudes bioclimáticas son especialmente válidas para la configuración de los espacios intermedios de calidad lumínica y térmica que este edificio propone. Las cubiertas ajardinada tomará los mismos tonos que la dehesa extremeña del entorno integrándose de manera natural en el paisaje.