El proyecto consiste en la recuperación de un pequeño almacén anexo a la vivienda principal para su uso como alojamiento de fin de semana y para estancias cortas.
La construcción original está realizada con muros de piedra con espesores de hasta 80cm y cubierta a un agua de teja a la segoviana. La falta de huecos en las fachadas y el estado de conservación hacía que el interior fuese inhabitable.
Con la intervención se recupera el espacio principal de mayor altura ampliándolo con una nueva «habitación-mirador” volada sobre el jardín realizado con una ligera estructura metálica triangulada anclada a los muros de piedra. En el volumen adosado existente de menor altura se sitúa el baño y una cocina abierta al espacio principal.
Al tiempo se aisló térmicamente y solucionaron las humedades por capilaridad con la introducción de una solera ventilada y la impermeabilización en el arranque de los muros. Para la calefacción se utiliza una estufa de aire de biomasa.